“HISTORIA DE LA BELLEZA”, DE UMBERTO ECO. CAPÍTULO XVII “LA BELLEZA DE LOS MEDIA”
En este capítulo se pretende dar respuesta a cuál podría ser el ideal de belleza del s. XX según las imágenes representadas en el arte, el cine o la publicidad. Cada época tiene su ideal de belleza. Y aunque pueda haber varios estilos que coexisten, parece que, como dice el autor, “visto desde lejos”, podemos reconocer el ideal de belleza imperante en distintos periodos históricos. Pero hacer esto de un periodo tan cercano a nosotros en el tiempo es difícil, ya que nos falta perspectiva. De cualquier forma, se puede decir que en la primera mitad del s. XX nos encontramos ante una lucha entre la belleza de la provocación y la belleza del consumo.
La primera la encontramos en los movimientos de vanguardia y del experimentalismo artístico: futurismo, cubismo, expresionismo, surrealismo, arte informal, etc. Se propone interpretar el mundo con una mirada distinta: vuelta a los modelos arcaicos, los sueños, fantasías de enfermos mentales, alucinaciones, objetos en contextos improbables,…Tan solo encontramos armonía y proporción, esta vez geométrica, en el arte abstracto. Y esto aparece en contra de lo que el hombre corriente entiende por bello, de ahí que a menudo nos preguntemos si es arte esto que vemos.
Por otra parte encontramos la belleza propuesta por los medios de comunicación de masas. Gran parte de la población se viste, se peina o se maquilla siguiendo los ideales de belleza del mundo comercial.
Y esto sería lo que caracteriza la belleza del s.XX, la ausencia de un único ideal, la contradicción entre la belleza de las vanguardias y la de consumo.
¿Y cuál sería el modelo de belleza propuesto por los medios? En un mismo periodo encontramos bellezas tan opuestas como Greta Garbo y Doris Day o John Wayne y Dustin Hoffman y en la moda lo femenino convive con lo andrógino. Los mass media proponen democráticamente un modelo para cada estilo.
En la segunda mitad del siglo las distancias entre la belleza de las vanguardias y la del consumo se van acortando y vemos la intrusión del futurismo en la publicidad, las vanguardias en los tebeos, o la arquitectura modernista en las ciudades, al mismo tiempo que los Beatles revisan formas musicales tradicionales.
En definitiva, lo que caracteriza el siglo pasado es el sincretismo total y el “imparable politeísmo de la belleza”.
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