“Los códigos: lenguaje de la publicidad”

El lenguaje de la publicidad utiliza un código verbal caracterizado por dos principios fundamentales: el de economía y el de proximidad respecto del receptor-consumidor. Es decir, el mensaje publicitario, para ser efectivo, debe ser breve y cercano al público. Para conseguir este efecto, con frecuencia, se hace uso de adjetivos casi sensacionalistas, superlativos, imperativos que apelan directamente al consumidor, repeticiones, etc. Y así encontramos ejemplos como: “Posiblemente, la mejor cerveza del mundo”, “Just do it”, “Bebe Coca-Cola”, etc. El mensaje, además, debe ir dirigido a la psicología del consumidor: crearle insatisfacción por no poseer el producto o seducirle para que lo adquiera.

             
El código icónico-visual, la imagen, es un código específico de suma importancia que puede actuar como refuerzo del mensaje verbal, como complemento o como amplificación del mismo. En la imagen, todo cuenta: el tamaño, su posición ante el espectador, los contrastes de luz, el color, el tono modifican o enfatizan el mensaje emitido.

                           
El objetivo de la publicidad es la persuasión, del mismo modo que lo era la retórica para los greco-latinos. La publicidad emplea recursos expresivos ya previstos en la Retórica de Aristóteles.



Artículo: “Los códigos: lenguaje de la publicidad”, publicado en la revista “Contribuciones a las Ciencias Sociales”, de la enciclopedia y biblioteca virtual EUMED, de la Universidad de Málaga

Autora: Carmen Grimaldi Herrera.


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